sábado, 5 de abril de 2008

Nuestros hijos no comerán camarón

Publicado en el diario La Razón, de Lima-Perú, el 15 de enero de 2008

Que se respete la veda o…

Nuestros hijos no comerán camarón

Ricardo Sánchez-Serra *
¡Qué rico era el chupe de camarones! ¡Qué exquisito era el cebiche de camarón! ¡Qué delicioso era el picante de camarones! ¡Qué sabroso era el cocktail de camarones! ¡Qué apetitoso era la ocopa de camarones! Y el carpaccio de camarones y el empanizado de camarones, la ensalada de camarones, los crepés rellenos con camarones, el risotto con camarones, el arroz con camarones al azafrán, la corvina rellena con camarones, el camarón en salsa thai, la causa de camarones, el chicharrón de colas de camarones y el cauche con colas de camarón.
Dentro de unos años los abuelitos contarán a sus nietos qué ricos potajes se comían a base del camarón y que ellos no podrán saborear por culpa de inescrupulosos y egoístas comercializadores y muchos dueños de restaurantes que hoy se burlan de la veda, lucran y depredan a tan preciado crustáceo, cuya imagen hasta está inmortalizada en los huacos de las culturas Chimú y Mochica, entre otras.
Para evitar este triste escenario hay que ser responsable y comprender que las vedas no se hacen por capricho, sino en base a un informe técnico del Instituto del Mar del Perú, que señala que existe un retraso en el ciclo de maduración del camarón de río, recomendando la veda para salvaguardar las condiciones reproductivas del recurso.
El camarón de río en etapa reproductiva carga todos sus huevos (aproximadamente unos 2,500) y larvas en el abdomen -justamente en verano- y si alguien prepara algún platillo con camarones, se está comiendo propiamente esos huevos y larvas, matando una generación completa de la especie, poniendo en peligro su existencia.
Algunos comerciantes aducen que lo almacenan y congelan antes del inicio de la veda (1 de enero). Puede ser, pero mayormente es un cuento chino. En todo caso, la norma del Ministerio de la Producción es muy clara: se prohíbe la extracción, procesamiento, transportación, comercialización y utilización del camarón hasta el 11 de abril, es decir, está vedado el consumo en restaurantes y su adquisición en mercados.
No solo el decomiso debe ser la pena, sino también fuertes multas y hasta el cierre del restaurante y, por otra parte, debe haber una toma de conciencia por parte de la población de no solicitar este crustáceo en época de veda para que así nuestros hijos y nietos puedan saborear tan exquisito potaje.

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