miércoles, 14 de junio de 2017

Atención a refugiados venezolanos y turcos

Publicado en el diario LA RAZÓN, el 14 de junio de 2017



Atención a refugiados venezolanos y turcos


Ricardo Sánchez Serra

La expresión “Viva el Perú Generoso” se origina luego del Combate de Iquique, en el que el glorioso Monitor Huáscar hundió al buque chileno Esmeralda y los sobrevivientes son rescatados por orden del insigne comandante Miguel Grau y exclaman dicha frase que perenniza a un país hospitalario.

Siguiendo esa tradición el gobierno peruano ha dispuestos diversas medidas a favor de los inmigrantes venezolanos que huyen del conflicto en su país.

Por razones de orden humanitario se les otorgó el estatus de refugiados y se les exoneró de varios impuestos, legalizando su situación para poder trabajar. Esos permisos temporales de permanencia le otorgan a los niños acceso a los servicios gratuitos de salud y educación.

The New York Times elogia la decisión peruana y acoge las declaraciones del superintendente nacional de Migraciones, Eduardo Sevilla quién señala: “No es que estemos abriendo las puertas, es que estamos aplicando en el territorio nacional una visión de derechos humanos que esperamos sea compartida por distintos países”.

Así como el Perú es hospitalario con los venezolanos, igual actitud debe tener con los ciudadanos turcos que buscan refugio en el Perú, ante la persecución implacable que ha dispuesto el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan a los opositores y sus habitantes en su país y en el exterior.

La feroz represión de su dictadura ha encarcelado a cientos de periodistas, jueces, militares e incluso a maestros de escuela y mantiene presas a cientos de madres con sus bebés. Más de cien mil han huido de la cacería y muchos escapan a riesgo de sus vidas.



Algunas familias turcas están llegando al Perú y es menester que el gobierno peruano las atienda, asimismo, por razones humanitarias con la prioridad necesaria para que rehagan sus vidas y puedan trabajar legalmente.

La generosidad no tiene fronteras y a los perseguidos hay que acogerlos como si fueran nuestra familia. Como señala la poetisa nicaragüense Gioconda Belli, “la solidaridad es la ternura de los pueblos”.

@sanchezserra



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